¿Se hizo lo debido en Valencia? por Lorenzo Lemaur

Días atrás, un amigo me envió el siguiente relato (relato que NO he logrado contrastar en todos sus términos) de como supuestamente actuó Franco con motivo la inundación de Valencia el 14 de octubre de 1957, a causa  del desbordamiento del río Turia, y que causó al menos 81 muertos​​, además de cuantiosos daños.

Según el relato, que si que he podido ver que lo ha publicado alguien en Interne; «Franco estaba visitando Barcelona y  viajó a Valencia para ver de primera mano la catástrofe».
Después de ver el estado en que quedó la ciudad se reunió con los ingenieros, mandos militares y civiles en la Capitanía Militar, donde le  explicaban los proyectos futuros, los escuchó y les dijo: «Eso está muy bien pero Valencia esta intransitable, inhabitable;¿podrían explicarme ustedes qué tienen pensado para retirar todo el barro de la ciudad?»
Según el relato, el general jefe de ingenieros de la III Región Militar le contestó que tardarían más de tres meses en limpiar la ciudad, a lo que Franco le dijo: «¿Y se quedan ustedes tranquilos pensando que los valencianos van a pasar la Navidad envueltos en barro?
A lo que le respondieron: «No vemos otra solución, mi General.» A lo que, según el relato, Franco les dijo: «Si dispusieran ustedes de más camiones, ¿podrían acabar antes, no es así?»
Asintieron y Franco les dijo: «en mi último recorrido de Rota a Jerez me crucé y conté más de 100 camiones transportando escollera para el puerto de Rota y esa obra, por lo qué tengo entendido, está próxima a acabar y los camiones pronto estarán disponibles».
Entonces, dirigiéndose a Camilo Alonso Vega, ministro que le acompañaba, le dijo que llamara al embajador de Estados Unidos y le preguntara si esos camiones podían viajar a Valencia.
Siempre, según el relato, en los siguientes días llegaron 120 camiones de gran tonelaje junto con maquinaria pesada de las bases americanas de Torrejón y Morón, donde habían sido transportados meses antes desde Estados Unidos para la construcción de la base militar de Rota, y contribuyeron mucho a llegar a la Navidad sin barro.
Entonces, según el relato de mi amigo; «3.500 militares zapadores, pontoneros y soldados de regimientos de artillería con 400 vehículos y todo tipo de maquinaria, más 500 marines de los buques de la Armada llegados  a Valencia cuya misión era abrir caminos, buscar cadáveres y retirar lodo, trabajaron codo con codo junto con los ciudadanos valencianos día y noche durante más de dos meses».
El mismo día de la riada, tropas de la base aérea de Manises navegaron con barcazas por la zona del puente de Campanar rescatando a 44 personas. La primera ayuda fue el mismo día 14 en que llegaron 40.000 raciones de pan de otras poblaciones, horas antes de la segunda gran tromba de agua.
A la vez, fueron instalados 100 barracones en la Malvarrosa para alojar a los soldados.
Mientras, llegaban víveres de toda España por tierra, mar y aire, incluido el portaviones norteamericano «Lake Champlain» de la VI Flota del Mediterráneo que estuvo fondeado frente a la ciudad, y desde donde 20 helicópteros de transporte llevaron 180 toneladas de víveres enviados por Estados Unidos a los centros de alimentos instalados por la ciudad.
El Ministerio de Obras Públicas  envió volquetes, vagones, tractores palas, orugas palas, excavadoras, equipos de iluminación, camiones cisternas, talleres móviles, etcétera.
Los primeros bomberos que lograron entrar en la ciudad eran de Cartagena, Alicante,  Castellón, Zaragoza, Madrid, Murcia, Teruel y Albacete.
Las poblaciones marinas costeras que se quedaron sin hogar, unas 5.000 personas, fueron alojadas provisionalmente en las instalaciones de la Comandancia de Marina y Puertos, y otras 500 en los cuarteles de la Base Aérea de Manises.
Se construyeron albergues y residencias dotadas con servicios médicos hasta que estuvieran listas las viviendas sociales. La República Francesa envió cinco toneladas  de medicamentos y un buque carguero de la  Armada francesa con víveres.
Desde Teruel partieron en un solo día 32 camiones con provisiones de todo tipo.
El Banco de España  y el Consorcio de Compensación de Seguros pagaban las primeras indemnizaciones  a los ocho días de la riada y el Instituto Nacional de Previsión (la actual Seguridad Social fundada en 1963 ) montó puestos de socorro en toda la ciudad, atendidos por médicos de toda la región junto con médicos de la Armada.
Quedaron prohibidos los desahucios de viviendas por cualquier motivo.
Durante la reconstrucción se construyeron 1.500 viviendas sociales en la ciudad y 1.000 más en la provincia para quienes perdieron sus casas.
Durante ése tiempo se recaudaron en donaciones 207 millones de pesetas, de ellos 187 de toda España, y 20 millones, de españoles desde fuera de nuestro país. Hubo deducciones fiscales, moratorias, subsidios, anticipos y préstamos.
Se nombró un ministro sin cartera, Pedro Gual Villalbi, como delegado permanente para la reparacion económica de los daños a los ciudadanos de Valencia.
Y el 23 de diciembre, el Consejo de Ministros firmó  el decreto de «Adopción de Valencia» dotando con 300 millones de pesetas más a la comarca, y otorgó a Valencia un régimen especial en todos los órdenes, especialmente administrativos y de Hacienda.
Los 4.000 militares recibieron el apodo de «la quinta del barro» ellos y  los ciudadanos limpiaron más de un millón de toneladas (1.130.000) de barro, una gran parte contaminado de petróleo y productos químicos.
Se calcula que el caudal del Turia más el de Carraixet sumaron más de 6.000 metros cúbicos (seis millones de litros) por segundo.
Según el relato de mi amigo «todos los hechos arriba mencionados son rigurosamente ciertos, y así  constan en los relatos y memorias públicas de algunas autoridades civiles y militares que estuvieron en Capitanía Militar aquel día, y vivieron esos acontecimientos; entre ellos Vicente Mortes Alfonso, 36 años ingeniero valenciano al que Franco encomendó la labor de la reconstrucción de la ciudad».
Según el relato, todo lo anterior se puede también encontrar en los Archivos Históricos, las Bibliotecas Públicas incluidas las de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos y en los BOE de 1957.
PUESTOS HOY…
Como ya he dicho, NO he podido contrastar el grado de veracidad de todo lo anterior, pero si digo:
Uno. Dada la gravedad de la situación, todo ello o similar es lo que yo hubiera hecho de estar ante aquella situación de 1957, o en la vivida igualmente en Valencia en pasado 29 de octubre
Dos. Nada de eso hizo el ahora presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Solo decir públicamente: «Si quieren ayuda, que la pidan».