El Comité Local de Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-bc) de Teguise quiere expresar su apoyo a los vecinos de la Caleta de Famara que han rechazado el plan de movilidad impuesto por el grupo de gobierno conservador de CC, PP y Vox, al considerar que va en contra de la seguridad y la libre circulación de los peatones, impacta sobre el paisaje natural y convierte la localidad en un gran
parking al aire libre con la incorporación de 200 aparcamientos.
Los canaristas apuntan a que el plan de movilidad para la Caleta es un ejemplo de “urbanismo de ocurrencia” y sigue prácticas de planificación “obsoletas y opuestas a las que se están llevando a cabo en otras localidades y recomiendan las normativas europeas, españolas y canarias sobre urbanismo, movilidad y objetivos de desarrollo sostenible”.
Para Belén Machín, presidenta de NC-bc en el municipio de Teguise, “el grupo de gobierno no sólo ha elaborado el plan de movilidad a espaldas de los vecinos de la Caleta; sino que lo ha impuesto en contra del bienestar de estos y priorizando en la comodidad del turista en detrimento del paisaje y la idiosincrasia costera de la localidad. Priorizan en 200 aparcamientos en batería y se olvidan de las aceras, avenidas peatonales y espacios de sociabilización y comunidad. El pueblo planificado para el coche de alquiler y no para el vecino”.
Del mismo modo, la canarista señala que este tipo planes de movilidad hacen que se pierdan oportunidades económicas y de inversión para el municipio, puesto que no puede acceder a subvenciones y financiación autonómica y europea al no cumplir con unos criterios mínimos de sostenibilidad. “En la
actualidad, todas las líneas de subvenciones y ayudas están ligadas a una planificación sostenible que tenga en cuenta la peatonalización y la accesibilidad; la ampliación de aceras; movilidad escolar; carriles bici; y fomento del transporte sostenible”, apunta Machín, que recuerda que “el peatón tiene que
ser el usuario principal del espacio público y no los coches”.
Según NC-bc, la pretensión del grupo de gobierno es “llevar el problema de la movilidad y estacionamiento de la playa de Famara al mismo pueblo sin abordar la cuestión de fondo, la carga turística que soporta la localidad y el espacio natural que se están viendo deteriorados”.
Con todo, NC-bc propone la paralización del plan de movilidad actual y una vuelta al proceso participativo donde los vecinos, colectivos y ayuntamiento consensuen una planificación acorde a las necesidades actuales del residente y proteja la belleza natural e idiosincrática de la Caleta, además de abordar de una vez por todas la realidad de la masificación turística que deriva en problemas diversos como el acceso a la vivienda, la movilidad, el bienestar vecinal y el paisaje. “La Caleta debe mantener su desarrollo económico sin necesidad de convertirse en un espacio turístico común masificado donde se desvirtúa los valores que la hacen única como la belleza costera y pesquera, la convivencia vecinal y la
tranquilidad”, sentencia Belén Machín.