El diputado de Lanzarote y La Graciosa por Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-BC) y presidente insular de la formación, Yoné Caraballo, apela al “espíritu de 1991 y 2003” para planificar un futuro medioambientalmente sostenible y económicamente justo para las islas como ya se hizo a finales del siglo pasado, donde la isla conejera fue ejemplo de una política visionaria y valiente aprobando un Plan Insular de Ordenación Territorial de Lanzarote (PIOT) que trazó el camino para que en 2003 se aprobará la moratoria turística por parte del Gobierno de Canarias.
A una semana para que se den las manifestaciones convocadas por la sociedad civil organizada a favor de poner límites al actual sistema turístico, Caraballo ha querido expresar en nombre de la ejecutiva insular de NC-BC en Lanzarote y La Graciosa su total apoyo a las mismas y su rechazo “a un modelo desarrollista sin límites que degrada nuestro territorio”.
Así, el canarista hace un llamamiento a la sociedad de Lanzarote y La Graciosa a sumarse a esta convocatoria que dice “está haciendo historia antes incluso de realizarse, dada la capacidad que ha tenido de penetrar en el debate público y político”. Esto expresa, prosigue Caraballo, “el gran descontento que tiene nuestra sociedad con el actual modelo y las ganas que existe de cambiarlo”.
Por ello, desde NC-BC creen que es importante recordar la historia reciente en materia de planificación del territorio y contención del crecimiento, aprovechando que el debate está abierto y se prevé un “nuevo” intento de redacción del Plan Insular de Lanzarote, según ha anunciado el grupo de gobierno conservador de Coalición Canaria (CC) y Partido Popular (PP).
“En 1991 se conjugó la reivindicación social y ecológica con la figura de Manrique como referente, con una altura de miras política e institucional que captó el sentimiento de la población a favor de un modelo sostenible que conservara nuestro patrimonio natural, el territorio y la idiosincrasia cultural, trasladándose a una norma que puso freno al crecimiento sin límites y ordenó la actividad turística en Lanzarote”, señala Caraballo.
“Una década después, en 2001, este espíritu se trasladó al plano autonómico donde el Gobierno de Canarias presidido por Román Rodríguez elaboró la ley más ambiciosa de la historia en materia de sostenibilidad, la Ley 6/2001 de medidas urgentes en Materia de Ordenación del Territorio y del Turismo de Canarias, conocida popularmente como moratoria turística, que culminó con la aprobación de las directrices de ordenación del Turismo en 2003”, recuerda Caraballo, que ve “similitudes en estos dos hechos con el contexto actual” y ve necesario “entender lo ocurrido en el pasado para fijarnos en los aciertos y no cometer los mismos errores”.
Errores, prosigue el diputado, “como seguir con un modelo de desarrollo ilimitado donde prevalece el crecer por el crecer antes que la calidad, la limitación demográfica y la mejora en la redistribución de la riqueza”.
“Estamos en un punto de inflexión donde debemos planificar entre todos una Lanzarote y La Graciosa más sostenible y con justicia social, y esto no sólo interpela a la industria turística y a la clase política, sino a nosotros mismos como pueblo. La pregunta es, ¿estamos dispuestos a cambiar nuestros hábitos, nuestros comportamientos, nuestra forma de consumir y vivir en el actual sistema?”, se pregunta Yoné Caraballo.