El auditorio de Jameos del Agua, “un tubo volcánico bajo la piel rugosa de la isla, que fue guarida del silencio durante siglos, y hoy acoge los más bellos sonidos de la creación humana y de la naturaleza”, en palabras del consejero de la Reserva de la Biosfera, Samuel Martín, acogió en la tarde de ayer el estreno de la proyección “Lanzarote, Reserva de la Sonosfera”.
Su autor, el sonidista y experto en grabaciones en la naturaleza, Carlos de Hita, ofreció al público una clase magistral acerca de lo que tilda de “ver de oídas”, la voluntad de inmersión en los sonidos para entender el paisaje, “algo que obliga a ir despacio y a pararnos a escuchar”, señaló.
Se refirió a las distintas capas que conforman los paisajes sonoros: la geofonía, que es el escenario donde tiene lugar la sinfonía de la naturaleza; la biofonía, compuesta por las voces de los distintos seres vivos y fenómenos que suceden en la biosfera, como el viento, las tormentas, la marea o las aves; y finalmente, la antropofonía, los sonidos de la humanidad que se escapan de sus contextos y participan del espectáculo sonoro.
Recordó que, en una conversación con José Saramago, al término de la emisión de un programa de radio en el que ambos participaban y donde se escucharon fragmentos de sus grabaciones, el premio Nobel le puso una mano sobre el hombro y le dijo: “hasta hoy, he estado sordo”.
“El silencio, una mercancía rara en la actualidad, es el lienzo sobre el que se compone el paisaje, que no se entiende en toda su magnitud sin escuchar su banda sonora, el relato que la naturaleza hace de sí misma, con sus propias voces”, explicó el creador.
La potencia metafórica del relato de Carlos de Hita fue el prólogo perfecto a la proyección de un concierto que el autor ha dotado de imágenes para facilitar su comprensión, aunque propusiera a las personas presentes que cerraran los ojos y se concentraran en la escucha. El alisio encerrado en las aspas de un molino o arrastrando una aulaga, el océano impactando contra la costa, el extenso catálogo de trinos de aves o las voces de personas del Lanzarote de otro tiempo, son la materia prima de este bellísimo trabajo y una evocación al pasado e idiosincrasia isleños.
La charla de De Hita concluyó con el relato de su experiencia de grabación de la erupción volcánica de La Palma y del avance de la lava hirviente en Tajogaite “que recuerda a cristales rotos”. “Antes de esa experiencia pensaba que la tormenta en un bosque contenía la mayor potencia sonora de la naturaleza; hasta que escuché el rugido del volcán, que es como la respiración de un gigante”.
El mapa sonoro “Lanzarote, Reserva de la Sonosfera”, fruto de la colaboración entre la Reserva de la Biosfera y los Centros de Arte, Cultura y Turismo, podrá disfrutarse en breve en las páginas web de ambas entidades y se proyectará en el auditorio de Jameos del Agua de forma permanente.