España lidera el absentismo laboral por incapacidad temporal en Europa, con un coste del 1,4% del PIB, según se refleja en el ‘Estudio socioeconómico sobre la evolución de la incapacidad temporal y la siniestralidad en España’, elaborado por Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
Ambas entidades han puesto en marcha un proyecto para analizar los determinantes del absentismo laboral por incapacidad temporal en España y por autonomías, por contingencias comunes y profesionales, que realizarán durante este 2024, según han informado en un comunicado conjunto.
En España el porcentaje de personas que no acuden a su puesto de trabajo por IT ha pasado de representar un 2% sobre el total de ocupados en 2013 a duplicarse y situarse en el 4,1% en 2023. Con esta tasa, España, junto a Francia y Portugal, encabeza el ranking de absentismo laboral por incapacidad temporal entre los países de la UE.
Se trata de datos extraídos de la Encuesta de Población Activa (INE) donde se observan dos fases «muy diferenciadas» en el periodo comprendido entre 2007 a 2023 con un punto de inflexión en 2012. En la primera fase (2007-2012), la tasa de absentismo desciende del 2,8% inicial a un mínimo del 2% en 2012. Sin embargo, a partir de ese año, comienza un periodo de crecimiento ininterrumpido, acelerado por la Covid-19, hasta alcanzar el 4,1% de 2023.
Estas ausencias laborales por incapacidad temporal repercuten «negativamente y de modo directo» en los trabajadores que se ven afectados, pero también en las empresas y en el conjunto de la sociedad. El impacto económico que tienen las prestaciones por baja por IT supone un 1,4% del PIB de España (más de 17.000 millones de euros), según los últimos datos de 2021 procedentes Eurostat. Este porcentaje se sitúa por encima de la media de la UE (1,2%) y representa un crecimiento de 0,6 puntos porcentuales respecto a 2014.
En esta línea, los datos de la encuesta European Labour Force Survey de Eurostat muestran su carácter «generalizado» entre los países de la UE, pero también una intensidad «muy distinta». Según consta en el estudio, la última información homogénea disponible, referida al año 2022, indica que el porcentaje de ocupados que se ausentaron del trabajo por enfermedad, accidente o incapacidad temporal durante la semana en que se realizó la encuesta se sitúa para el conjunto de la UE en el 2,5%.
Sin embargo, esa tasa presenta una «acusada heterogeneidad». En algunos países los valores son muy reducidos e inferiores al 0,5% (Grecia, Bulgaria y Rumanía), mientras que en otros muestran niveles próximos o superiores al 4%. España, con una tasa del 4,1%, pertenece al grupo de países con tasas más elevadas, junto con Portugal y solo por detrás de Francia.
Por otra parte, el porcentaje de absentismo muestra una «preocupante tendencia creciente en la mayoría de los países europeos», destaca el análisis. Entre 2014 y 2022 se produce un incremento medio de 0,6 puntos porcentuales en el conjunto de la UE (un crecimiento del 30% en ocho años).
Solo cuatro países experimentan descensos (Bulgaria, de forma moderada; Luxemburgo; Países Bajos; y Alemania, con más intensidad). El resto registra incrementos que resultan «especialmente acusados» en Portugal, Eslovenia, Chipre, Letonia, España y Estonia, todos ellos con aumentos de más de 1,5 puntos. El caso de España resulta destacable, ya que experimenta un crecimiento de 2,1 puntos, lo que supone doblar su tasa de ocho años atrás.
Ante estos niveles «preocupantes y acentuados» en los últimos años, Umivale Activa y el Ivie han puesto en marcha un proyecto para estudiar los determinantes del absentismo laboral, tanto en el conjunto de España como en sus comunidades autónomas con el objetivo de «indagar en los factores que inciden en ese fenómeno para poder afrontarlo y trazar las mejores estrategias para prevenirlo».
El estudio se va a desarrollar durante todo 2024 y sus resultados se van a ir difundiendo periódicamente en una serie de documentos breves. El primero de estos informes cuantifica el problema, así como su evolución en los últimos años, permite la comparación de datos con la UE y muestra que existen «diferencias regionales».
Aunque el porcentaje de ocupados que se ausenta por accidente, enfermedad o incapacidad temporal de su puesto de trabajo ha aumentado en todas las comunidades autónomas, las diferencias regionales son «acusadas». La evolución entre comunidades autónomas es «heterogénea», con una dispersión en las tasas de absentismo por IT más acusada en la actualidad que en 2007.
Todas las regiones sin excepción presentan niveles superiores a los de hace 16 años. Las comunidades que encabezan el ranking en 2023 coinciden con las que han experimentado un mayor incremento: País Vasco, que ocupa la primera posición con una tasa del 5,8% (+2,1 puntos desde 2007), seguida de tres regiones del norte peninsular, Galicia, Asturias y Cantabria, todas ellas con tasa por encima del 5% de ocupados y con incrementos superiores a los 2 puntos desde 2007.
En el otro extremo se encuentran Madrid, Baleares y Aragón, con tasas inferiores al 3,5% e incrementos más moderados, por debajo de 1 punto porcentual. La Comunitat Valenciana se sitúa en la media nacional, con un peso de las ausencias laborales por IT del 4% y un incremento respecto a 2007 de 0,9 puntos porcentuales.
El equipo encargado de realizar el análisis está formado por miembros de las dos entidades. Desde Umivale Activa, trabajan en el proyecto Juan Miguel Mesa y Marija Davcheva. Por parte del Ivie, participan José María Peiró, Francisco J. Goerlich, Lorenzo Serrano, Consuelo Mínguez y Fernando Pascual.
En la IT inciden «múltiples factores» como las condiciones de trabajo, la cultura de las empresas y las políticas y prácticas de recursos humanos. Pero también factores «externos» al trabajo como la situación familiar o el contexto social y cultural. En tercer lugar, también son importantes los factores relacionados con el sistema de salud, la legislación o incluso los procesos judiciales, apunta el estudio.
«La incapacidad temporal responde a una complejidad de factores que exigen un diagnóstico riguroso del problema. Con este estudio buscamos por un lado entender las causas de la preocupante escalada de la IT, y por otro, poder sentar las bases para conseguir que haya cambios estructurales en la gestión de la misma», ha destacado Juan Miguel Mesa.
Agencias EP