El I Encuentro Lúdico «La sonrisa de los niños, el mejor regalo» llena Tinajo de integración y solidaridad

Lanzarote vivió el pasado sábado una jornada mágica y llena de solidaridad con la celebración del I Encuentro Lúdico «La sonrisa de los niños, el mejor regalo», un festival que transformó la plaza del
Calvario de Tinajo en un punto de encuentro para la integración social y la convivencia.Organizado por la asociación sociocultural Tempoko, con el apoyo del Cabildo de Lanzarote y el Ayuntamiento de Tinajo, este evento pionero en Canarias logró reunir a cientos de personas en torno a una misma causa: el bienestar de los menores más vulnerables de la isla.

Desde primeras horas de la mañana, familias, jóvenes y niños de todas las edades se dieron cita en un espacio que combinó arte, deporte y solidaridad. Talleres de manualidades, percusión, pintura facial y dinámicas lúdicas inundaron de vida y color el corazón de Tinajo. A lo largo del día, la música africana y
canaria marcó el ritmo, mientras actividades como acroyoga, circo y un mercadillo solidario completaban la oferta.

El consejero de Bienestar Social, Marci Acuña, presente en el evento, expresó su satisfacción por el éxito de la jornada: “Este festival es un ejemplo de cómo podemos transformar las diferencias en oportunidades de aprendizaje y convivencia. Hoy, Lanzarote ha demostrado que es una isla solidaria y
comprometida con la integración social. Es un orgullo ver cómo, juntos, podemos crear espacios llenos de esperanza y alegría para quienes más lo necesitan”.

Por su parte, Cristina Martel, promotora del evento y representante de la asociación Tempoko, destacó el significado del festival: “Ha sido un día inolvidable. Este encuentro no solo brinda momentos de diversión, sino que también es un mensaje claro de inclusión. Nos emociona ver cómo menores no
acompañados, familias y jóvenes comparten, ríen y crean recuerdos juntos. Este es el comienzo de algo grande en Lanzarote”.

Inspirado en el festival solidario «Sourire des Enfants» de Burkina Faso, este evento marcó un hito en la isla al centrar su atención en los menores extranjeros no acompañados, proporcionándoles un espacio para sentirse acogidos y respetados. Según Martel, “la idea de este encuentro nació de la necesidad de
ofrecer una Navidad digna y llena de significado para estos menores, mientras se promueven el arte y el deporte como herramientas para la integración social”.

La jornada, que culminó con un concierto especial al caer la tarde, dejó claro que el festival no solo cumplió con sus objetivos, sino que superó las expectativas iniciales, consolidándose como un referente de solidaridad y convivencia en Canarias.

En este sentido, Acuña y Martell coincidieron en la necesidad de transformar este evento en una cita anual, reafirmando el compromiso de instituciones y asociaciones con la inclusión y el bienestar social en Lanzarote.

“Hoy no solo hemos regalado sonrisas; hemos sembrado esperanza y demostrado que juntos podemos construir una sociedad más inclusiva y solidaria”, concluyó Acuña.