Lanzarote, donde se ubica el palacio de La Mareta, que es actualmente la sede de las vacaciones de Pedro Sánchez, se ha convertido en el centro de operaciones que estos días no es La Moncloa. Aseguran que este fin de semana se ha producido un encuentro ‘a tres’ entre Pedro Sánchez, el flamante president de la Generalitat Salvador Illa, y el hombre que, dicen, más influye en el presidente, su antecesor José Luis Rodríguez Zapatero, que pasa también sus vacaciones en Lanzarote y que se mantiene intencionadamente en un muy bajo perfil público.Cuando esto escribo, no tengo confirmada la presencia de Zapatero en cualquier reunión con Sánchez e Illa más allá de algunas informaciones que me llegan desde Canarias. En todo caso, es de suponer que en La Mareta, la finca inexpugnable rodeada de silencios, se han abordado cuestiones importantes, además de cómo convivir en Cataluña con los independentistas, más incontrolables que nunca porque están más desorganizados y peleados que nunca. Pero es de suponer que ha habido más, mucho más.
Sin duda, Venezuela, país tan importante para España en el que Zapatero ejerce de muy criticado ‘mediador’ ante Nicolás Maduro, está siendo uno de los temas más polémicos, máxime ante la proliferación de manifestaciones convocadas por la oposición al ‘chavismo’: es obvio que las posiciones de Zapatero gustan poco en el Ministerio de Exteriores que regenta Albares, partidario de liderar la contestación europea a un Maduro al que ya nadie cree cuando asegura, sin mostrar las actas, que ha ganado las elecciones de la pasada semana.
De hecho, el ‘perfil bajo’ del Gobierno español en general y de Zapatero en particular ante las protestas por las presuntas manipulaciones de Maduro, unas protestas que el Ejecutivo ha permitido capitalizar sobre todo al Partido Popular, está suscitando algunas críticas en el PSOE, donde, por otro lado, «se respeta oficialmente», me dicen, el silencio de Zapatero ante las acusaciones de fraude electoral perpetrado por los bolivarianos.
Venezuela, y el tema de los jueces, que este lunes vuelven a reunir a su gobierno, el Consejo del Poder Judicial, sin que se hayan puesto de acuerdo entre los llamados ‘conservadores’ y ‘progresistas’ para elegir a un presidente, serán presumiblemente las dos grandes cuestiones que coparán los titulares esta semana y, por tanto, las preocupaciones en La Mareta. Sánchez sabe que tiene abierto el ‘frente judicial’ y que, lamentable e increíblemente, el acuerdo con el PP para renovar el Consejo ha dado paso a una lucha intestina en el propio órgano, ahora para decidir quién será su presidente, si la que aseguran que es la candidata de La Moncloa, Pilar Teso, o el propuesto por los ‘conservadores’ (aunque él no pertenezca a ninguna asociación con tal cariz), Pablo Lucas.
Es este un tema, el del ‘control’ del CGPJ, acerca del cual el Gobierno de Pedro Sánchez también guarda silencio. Como ante otros muchos, entre ellos la fuga del ya casi olvidado Puigdemont. Este está siendo el verano más pobre en declaraciones y tomas de posición oficiales que yo recuerdo. Pero ya vemos que, al menos en Lanzarote y sin la menor transparencia, claro, la rueda del poder sigue girando, preparando un otoño que políticamente promete ser de órdago. A la grande, a la chica y a los pares. Y, claro, al juego, que es de tronos.
OTR/PRESS