El Gobierno de Canarias da un paso más para la adaptación de sus centros escolares frente a episodios de altas temperaturas con la creación de un plan específico dotado con más de treinta millones de euros y que ha sido presentado este martes por los consejeros de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes y de Transición Ecológica y Energía, Poli Suárez y Mariano H. Zapata, respectivamente.
“Se hacía necesario acondicionar los centros docentes para que, en la medida de lo posible, estén adaptados a unos episodios que se han venido repitiendo en los últimos tiempos”, explicó Suárez a propósito de este plan, que complementa al Protocolo de actuación en el ámbito educativo ante situaciones de altas temperaturas, presentado ya en abril, e incluye nuevas medidas y acciones con un presupuesto inicial para lo que resta de legislatura de 30.817.570,86 euros de los que 3,9 millones serán aportados por Transición Ecológica.
Entre esas medidas, el análisis sistemático de las condiciones ambientales de los centros; la creación de espacios más amables y naturalizados; la incorporación de sistemas de refrigeración o la implementación de energías renovables, tal y como apuntaron ambos responsables.
Además, el plan incluye otras acciones más sencillas e inmediatas, que irían desde la instalación de ventiladores a la generación de sombras (mediante toldos, pérgolas o marquesinas) o la creación de ventilación natural.
A todo ello se sumará más formación en materia de cambio climático, al objeto de “convertir esta cuestión en un verdadero reto educativo para las islas”, según Poli Suárez, quien subrayó que la financiación para hacer posible el plan procederá de la Unión Europea -Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR)-; de la propia Comunidad Autónoma; de otras administraciones, con las que se firmarán convenios, y del Plan Especial de Empleo de Canarias.
Ocho líneas
Dentro del plan figura el vigente Protocolo de actuación en el ámbito educativo ante situaciones de altas temperaturas, que ya proporciona un marco de directrices para orientar las actuaciones ante este tipo de situaciones con la instauración de cuatro niveles de riesgo y las medidas correspondientes a cada uno de ellos: nivel cero (sin riesgo o verde); nivel 1 (riesgo bajo o amarillo); nivel 2 (riesgo medio o naranja); nivel 3 (riesgo alto o rojo).
Entre las novedades que ahora se incorporan, el citado análisis de las condiciones ambientales de los centros, que se hará a través de la Dirección General de Infraestructuras y Equipamientos, que dirige Iván González, en colaboración con Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental (Gesplan), mediante el desarrollo de una plataforma web y la instalación de sensores de temperatura, humedad y CO2, que, en primera instancia, llegarán a 120 centros seleccionados por Gesplan según criterios técnicos y con una inversión inicial de 255.679,98 euros.
Estas herramientas permitirán, en tiempo real, “un seguimiento constante y directo de las condiciones climáticas en las que se desarrolla la actividad educativa, lo que ayudará a determinar qué actuaciones se deben llevar a cabo y el grado de urgencia de las mismas”, expuso Suárez.
En ese sentido, el plan será de aplicación en todos los centros de Canarias, pero las primeras medidas de mejora y adaptación se ejecutarán sólo allí donde sea más necesario, en función del análisis de las condiciones ambientales de las distintas instalaciones y siguiendo criterios objetivos, con un procedimiento totalmente transparente.
En adelante, la planificación de los proyectos con un enfoque climático y en cuatro fases (selección y priorización; análisis y diagnóstico de necesidades, zonificación y armonización) será esencial para la creación de espacios más amables (accesibles, seguros, sostenibles, ajustados a las necesidades del alumnado) y naturalizados, tanto en los equipamientos de nueva creación como en los ya existentes, que deberán contar con fachadas adaptadas a las altas temperaturas, espacios de sombra, instalaciones deportivas techadas y fuentes de agua potable.
Además, se incorporarán nuevos sistemas de refrigeración al objeto de mejorar las condiciones de habitabilidad de los recintos educativos frente al efecto de las temperaturas elevadas, priorizando los llamados sistemas adiabáticos, que consisten en hacer pasar el aire por membranas impregnadas de agua reduciendo la temperatura sin apenas coste, frente al aire acondicionado convencional.
Por último, junto a diversas acciones formativas, y dentro de esa filosofía integral de lucha contra el cambio climático, se promoverán, con los 3,3 millones de euros aportados por Transición Ecológica, instalaciones de energía fotovoltaica en 48 centros de las islas. Para ello, ya hay varios expedientes en marcha en distintos puntos del archipiélago, y además se ha iniciado la colaboración con comunidades energéticas (sin ir más lejos, un acuerdo reciente con la entidad Energía Bonita Sociedad Cooperativa ya permite en La Palma el uso privativo de las cubiertas de siete centros educativos para la instalación de plantas solares destinadas al autoconsumo, cediendo la citada entidad un canon de la potencia instalada).