En un mundo donde la inmediatez y la superficialidad a menudo predominan, la lealtad y el valor de la palabra se erigen como virtudes imprescindibles para la construcción de relaciones sólidas y significativas. Ambos valores no sólo son esenciales en las relaciones personales, sino que también desempeñan un papel crucial en el ámbito profesional y en la cohesión social y, por ende, adquieren un especial valor en el ámbito político.
Hoy, con estas líneas, pretendo reconocer públicamente la lealtad y el respeto a la palabra comprometida con que CxH, NC y el PSOE hemos culminado nuestro primer año de gobierno conjunto en Haría, proporcionando a nuestra gente la estabilidad necesaria para que nuestro pueblo avance.
La lealtad es mucho más que un simple compromiso; es una dedicación profunda y constante hacia una persona, una causa o una organización. Este valor implica una fidelidad que no se quiebra ante las dificultades y una disposición a apoyar y defender, incluso en momentos de adversidad.
En el ámbito político, la lealtad es igualmente crucial. Esta lealtad se manifiesta en la dedicación, la honestidad y la disposición a trabajar en equipo. Sin embargo, es importante que la lealtad sea recíproca entre los miembros de las tres formaciones políticas que sustentamos el gobierno de Haría, y así defiendo que es.
El valor de la palabra es otro pilar fundamental para la integridad y la confianza. Cumplir con lo que se promete y ser honesto en las exposiciones e ideas es esencial para construir relaciones de confianza en un municipio que estuvo castigado por la inestabilidad vivida en el mandato pasado.
Ya era hora de dar carpetazo a esas viejas políticas, nadie entendería una vuelta al pasado. En una época en la que las promesas vacías y las medias verdades son demasiado comunes, mantener la palabra dada se convierte en un acto de integridad y respeto, y pongo el valor, la confianza, la palabra y la lealtad con Haría de Chaxiraxi Niz y todo su equipo, así como de Marcos Lemes y, por supuesto, la de mi partido.
Cuando una persona cumple con su palabra, se gana el respeto y la confianza de los demás. Esto es aplicable tanto en el ámbito personal como en el profesional. Un líder que cumple sus promesas inspira confianza en su equipo y fomenta un ambiente de trabajo positivo y productivo.
La lealtad y el valor de la palabra dada han permitido estabilidad en Haría, han permitido devolver la confianza ciudadana en su institución más cercana, han permitido que la gente tenga certidumbre y previsibilidad sobre este gobierno. Crecemos como pueblo a ritmo constante, estamos recuperando festividades y tradiciones de antaño, apostando por el deporte como vertebrador social para nuestros jóvenes, desarrollando iniciativas inclusivas y actividades novedosas para nuestros mayores, mejoramos nuestra capacidad de inversión con los nuevos pre acuerdos económicos con los CACT, aumentamos nuestra capacidad de tesorería, pagamos a 30 días a nuestros proveedores cuando antes era a 60 y tenemos unas perspectivas de futuro envidiables.
En definitiva, como ven, la lealtad y el valor de la palabra adquieren su gran peso en la gestión del gobierno que honrosamente presido, pero que, sin el apoyo de las tres formaciones que lo sustentan, no sería posible.
La lealtad y el valor de la palabra son virtudes esenciales que deben ser cultivadas y protegidas en todos los aspectos de la vida. Son pilares fundamentales para la construcción de relaciones de confianza y respeto, y son cruciales para el funcionamiento armonioso de la sociedad.
Haría no merece otra cosa que ser honrada por sus gobernantes con la defensa a ultranza de la palabra dada y la lealtad a sus vecinos.