El cantante cubano Pancho Céspedes llenaba hasta la bandera este jueves los Jameos del Agua.
Cargado hasta la sien de experiencia vital y simpatía, Céspedes se metía al público en el bolsillo desde el principio y ofrecía una retahíla inolvidable de sus éxitos y una mezcolanza de boleros heredados de su Cuba natal y de México.
Combinando sus canciones con su voz juguetona y rasgada con anécdotas de sus amoríos y su vida personal, rozando la aretalogía más romántica con su cariñosa prédica, aclaraba que por sus venas corren ríos de sangre de muy diversos lugares y, entre ellos, tanto Gáldar, en las Islas Canarias, como Andalucía, en definitiva, mostrando su lado español.
Abrazando la contentura más sincera por la respuesta del público y por el entorno delicioso de los Jameos, cerraba el concierto previo a los bises con la anhelada “Vida loca”, un verdadero himno para un par de generaciones que hoy, en los Jameos, han rozado el cielo durante un ratito con un enorme Pancho Céspedes.
Este viernes Céspedes continúa su gira en la vecina isla de Fuerteventura pero ha dejado en Lanzarote una maravillosa huella, casi imborrable y sabrosa, que mucha gente tardará en olvidar.