Las personas empleadas del hogar siguen siendo invisibles como trabajadoras, como mujeres, y como migrantes, según denuncia Cáritas Diocesana de Canarias, que en el día de hoy reivindicó en un acto en apoyo de este colectivo a las puertas de su sede en Las Palmas de Gran Canaria.Cáritas Diocesana de Canarias es la única entidad que en la actualidad sigue trabajando con un recurso específico, el servicio de Orientación e Intermediación Laboral de Escaleritas, para las personas empleadas del hogar en el que, durante 2023, atendió a 150 personas, de las cuales 65 finalizaron su itinerario de inserción consiguiendo un empleo con contrato 21 personas. La institución diocesana considera este dato como “un logro sin precedentes”, ya que anteriormente no existían datos al respecto al darse la oferta y demanda en economía sumergida.
Para Cáritas Diocesana de Canarias, la entrada en vigor del Real Decreto Ley 16/2022 que ampara legalmente a las trabajadoras del hogar ha supuesto un avance legal para este colectivo, pero sin poder ser asumido por las familias empleadoras, ya que no existe un sistema de apoyo que ayude a afrontar los costes que supone cumplir con la legislación actual a todas las familias, con independencia de sus ingresos económicos, y por la falta de concienciación social de la dignidad laboral de las trabajadoras del hogar.
Esta institución también denuncia la precariedad laboral de este sector en cuanto a condiciones laborales dignas como por ejemplo jornadas interminables, sin vacaciones anuales ni días libres o permisos médicos en muchos casos. En el manifiesto leído en la concentración en apoyo de las trabajadoras del hogar, se considera a este colectivo ‘invisibilizado’ porque el trabajo en el hogar se desarrolla en un ámbito privado, “lo que hace que sigan siendo vulnerables, con escasos medios para elevar su voz ante
situaciones de injusticia”.
Según la institución Diocesana, la mayor parte de las trabajadoras del sector atendidas son mujeres migrantes “silenciadas” por la ley de extranjería que las aboca a trabajar en este sector “marcado por la irregularidad y la economía sumergida, donde muchas trabajan sin contrato por su situación administrativa. Esta situación se acentúa en el caso de las trabajadoras del hogar internas, que realizan el trabajo en condiciones aún más indignas”.
En el manifiesto hecho público en el acto en la sede de Cáritas Diocesana de Canarias este jueves, se pide garantizar el cumplimiento de acuerdos y derechos laborales desde la supervisión por parte de la Administración, generando más conciencia social y estableciendo medidas que puedan garantizar empleos de calidad. Con el acto de hoy también se reivindica la consolidación de los derechos fundamentales de las personas migrantes en situación administrativa irregular, con la regulación extraordinaria para personas extranjeras en España.
Por todo lo descrito, y ante la realidad de las empleadas del hogar, Cáritas Diocesana de Canarias considera que también se debe fomentar una mayor formación y sensibilización en el sector, añadiendo una mirada de género que facilite el equilibrio entre personas trabajadoras.