La subvención a la que de León renunció expresamente suponían 240.486,13 euros. Pero claro como el alcalde no hizo nada, generó unos intereses de demora (más bien deberían de llamarse de incompetencia) de 5.776,40 euros, que tendrá que pagar el Ayuntamiento a parte. Estas cantidades suponen la friolera de 246.262,53 euros. Una cifra escandalosa para un señor que lo único que hace es pulir dinero en fiestas y trocear contratos.
Esta última subvención formaba parte del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, dentro del proyecto de mejora de la seguridad, confidencialidad y accesibilidad de los datos de la administración. “También es verdad que a este alcalde no le interesa la mejora del Ayuntamiento, ni el acceso a la información de sus desastres continuos en la gestión diaria”, apunta Cristina Duque.
A esta subvención debemos de añadirle las otras dos subvenciones perdidas en pasadas fechas que suman otros 200 mil euros derrochados, superando los 450 mil euros, un récord lamentable de un desastre de gestor. “Desde que este señor es alcalde el dinero público vuela del ayuntamiento, en ese explosivo coctel de fiestas e incompetencia” comenta Duque.
Para Cristina Duque el desprecio de cientos de miles de euros sólo tiene una explicación: “Estas subvenciones iban destinadas o a comerciantes, o a familias, o a la mejora de la administración algo que a Yonathan de León le importa menos que nada. Si hubiera podido sacarse una foto con su compañero Jacobo Medina o hubieran sido subvenciones para fiestas seguro que se hubiera preocupado un poco más” sentencia Duque.