El Partido Popular de San Bartolomé lamenta profundamente que el Pleno celebrado este viernes se convirtiese, una vez más, en un monólogo de incongruencias y mentiras propugnadas por el alcalde municipal, Isidro Pérez , quien ha menospreciado a los vecinos acerca de la construcción de un macrocentro para inmigrantes en Güime, en San Bartolomé o en cualquier otro punto de la isla.
“No tiene sentido ninguno que el alcalde rechace categóricamente en su intervención la construcción de un macrocentro en Güime pero, seguidamente, no apoye el acuerdo plenario para, precisamente, manifestar la disconformidad con esa construcción”, afirma el portavoz municipal, Jeziel Martín, quien lamenta que este episodio “sea uno más de los monólogos incongruentes a los que el alcalde nos tiene acostumbrados”.
Jeziel Martín expuso en el pleno de este martes que el pueblo de Güime demostró su disconformidad con la construcción de este macrocentro y, que pese a que Isidro Pérez trate de reconocer lo evidente, “todos somos conscientes que ese macrocentro se puede construir en cualquier momento”.
“El pueblo es soberano, y dijo alto y claro que no quería un macrocentro en Güime. Ahora, el alcalde, que tanto se vanagloria de ser un demócrata empedernido, tiene que escuchar a los vecinos y no ser un títere de lo que le digan desde arriba”, añade Martín.
Asimismo, el portavoz popular municipal lanzó una propuesta al alcalde de que, si finalmente se construye ese macrocentro, “dimita como mandatario municipal”. “Si tanto dice que está en contra de esa construcción, y que incluso no se va a producir la creación del macrocentro en Güime, no debería de tener ningún problema a comprometerse con ello y si por el contrario ocurre, que dimita como alcalde”, afirma Martín, quien también lamenta que la respuesta del alcalde ante esa propuesta fuera “que no iba a entrar en ese tipo de debates”.
“San Bartolomé, y el pueblo de Güime, merecen un alcalde que tenga altura de miras, que tome decisiones en beneficio de sus vecinos y que sea capaz de cumplir sus promesas, y si no es capaz de ello, que entregue su acta y dé paso a alguien cualificado para ello”, concluye Martín.