La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) teme que el repunte en las salidas de cayucos desde Mauritania con destino a las islas Canarias en enero y también de los desembarcos tras rescates frente a las costas mauritanas se mantenga el resto del año y advierte de que las autoridades del país necesitan más apoyo para reforzar las operaciones de búsqueda y rescate con el fin de «salvar vidas».
«Las cifras de migrantes llegados a las Canarias y que desembarcaron en Mauritania en enero de 2024 fueron muy altas en comparación con el mismo periodo del año pasado, lo que nos permite imaginar un escenario similar para 2024», reconoce la agencia de la ONU, aunque con todas las precauciones, puesto que las intenciones de quienes se encuentran en el país respecto a su futuro son difíciles de predecir.
El Gobierno español reconoció el mes pasado que el 83% de las llegadas registradas en enero al archipiélago partieron desde Mauritania, país que precisamente visitó el 8 de febrero el presidente, Pedro Sánchez, con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, con sendos paquetes de ayudas millonarias con los que asistir a las autoridades mauritanas en distintos ámbitos y acompañarlas en su lucha contra la inmigración ilegal.
Hasta el 15 de febrero, según los últimos datos del Ministerio del Interior, llegaron a las islas Canarias 11.704 inmigrantes, un 630,4% que en el mismo periodo de 2023, cuando se contabilizaron 1.602 llegadas irregulares.
Según la OIM, «Mauritania es un país de tránsito y también de destino para los migrantes en la región», donde los «corredores» hacia este país «están bien establecidos». Muchos migrantes –principalmente de los vecinos Senegal y Malí– se quedan en territorio mauritano y trabajan en sectores como la construcción, la hostelería, los servicios domésticos, la pesca, la agricultura o la minería.
Sin embargo, teniendo en cuenta que «la migración es un fenómeno complejo y las decisiones tomadas por los migrantes pueden variar a lo largo del camino», desde esta agencia humanitaria admiten que no es posible hacer pronósticos. Además, subrayan que la ruta Atlántica que lleva hacia las Canarias «es muy impredecible y las cifras pueden aumentar o disminuir muy rápidamente durante el año».
Esta impredecibilidad, según la organización, dificulta que tanto el Gobierno mauritano como las agencias humanitarias puedan planificar la asistencia para quienes son rescatados en el mar. Además, subrayan, las autoridades mauritanas «necesitan más apoyo para aumentar su capacidad en operaciones de búsqueda y rescate para salvar más vidas».
Durante 2023, «las capacidades de todos los actores se vieron superadas por las llegadas» de inmigrantes rescatados. Así, la OIM prestó asistencia a más de 32 embarcaciones que fracasaron en su travesía, o lo que es lo mismo, más de 2.775 personas desembarcadas, entre ellas 105 mujeres y 156 niños solo entre el 31 de junio y el 31 de diciembre.
«Esta situación inesperada crea desafíos adicionales y genera presión sobre las capacidades de los actores que brindan una respuesta rápida y efectiva, en especial en primeros auxilios y atención médica crítica a migrantes necesitados» pero también otros tipos de asistencia como protección o alojamiento, advierte la OIM.
La agencia de la ONU está brindando asistencia técnica al Gobierno mauritano para mejorar la gestión de la migración, incluida la actualización de su estrategia nacional sobre esta cuestión. Además, también brinda asistencia a los inmigrantes que son rescatados en el mar y desembarcados, tanto desde el punto de vista material, con alimentos y otra ayuda, así como derivando los casos que requieren atención médica
También apoya el retorno voluntario a sus países de origen de quienes quieren regresar. En el último semestre del año, la OIM ayudó a volver a sus países a 84 migrantes. La agencia de la ONU también trata de buscar alternativas al arresto administrativo de los rescatados y garantizar que cuentan con apoyo consular.
Así las cosas, la OIM defiende que para España, y en general para la UE, «salvar vidas debe ser lo primero». La agencia humanitaria ha venido reclamando repetidamente «operaciones reforzadas de búsqueda y rescate para salvar vidas y la provisión de asistencia tras el desembarco».
«Pero también tenemos que intervenir antes de que los migrantes se suban a las peligrosos cayucos», advierte, apostando en este sentido por «vías seguras» que puedan servir de «alternativa a los traficantes y ayuden a reducir las opciones de que la gente se embarque en estas peligrosas travesías», reclama.
La OIM también pide «una acción más concertada para desmantelar las redes de tráfico de personas y para procesar a quienes se aprovechan de la desesperación de migrantes y refugiados», así como «abordar en primer lugar los factores que empujan en los países de origen a las personas a emigrar de forma irregular».
Agencias EP